viernes, 18 de octubre de 2024

Vacunas, domicilios y puertas cerradas: Enfermería CS

En la última entrada comentaba que empezaba a temer que no me llamaran de la bolsa de empleo, al punto que me planteé solicitar el paro. Justo tenía la pestaña de Chrome abierta cuando ¡Ring! sonó el teléfono, y, ¡quién lo diría!, me ofrecieron un contrato. Incluso logré negociar que el contrato terminara un día antes, para poder irme de viaje sin problemas.
Vitoria Octubre 2024

Este CS (centro de salud) es el más pequeño en el que he trabajado, al menos comparado con el de este verano. No sé si será por eso o por el cupo, que es menor que en los anteriores, pero la carga de trabajo es más llevadera. Eso sí, ¡domicilios todos los días! Pero no me quejo. Esa hora, o poco más, caminando por Vitoria me la paso genial. Los domis, aunque sean diarios, son relativamente sencillos.

Ya he experimentado de primera mano la campaña de vacunación de la gripe y COVID 2024-25 en Osakidetza. El mismo principio que en Madrid, aunque si pudiera traerme algo de allí, sería el programa informático. No recuerdo haberme quejado mucho de él en su momento, pero el de AP de Osakidetza... ¡es espantoso en comparación! Hay que ser extremadamente cuidadoso al rellenar formularios, EKG, vacunas o cualquier cosa que vaya a la historia clínica, porque para borrarlo necesitas llamar a los informáticos.

Lo curioso es que ayer una de las puertas que lleva a la sala de vacunación quedó permanentemente cerrada (es de cerradura electrónica) porque, supuestamente, se quedó sin pilas. Mientras muchas de las enfermeras se planteaban derribar la puerta a fuerza bruta para poder seguir vacunando, nos preguntábamos qué sería peor: ¿decirle a la "autoridad superior" que tuvimos que romper la puerta o decirle a todos los abueletes que tenían que pedir cita para otro día?

En fin, así estamos en enfermería.

Firma Laura E.


viernes, 27 de septiembre de 2024

Bitácora de una ciudadana, un día más

El lunes comencé el último día de septiembre "de vacaciones", y lo pongo entre comillas porque fueron las vacaciones menos naturales que he tenido. Ser enfermera en España es como vivir en una realidad paralela: todos te dicen que tienes trabajo asegurado, pero ¿en qué condiciones? Vivimos de contrato en contrato, especialmente quienes tratamos de movernos en Atención Primaria, donde los contratos pueden ser de un solo día, y al siguiente te mandan a otro centro de salud. La situación en el hospital no es muy distinta; te mueven de un servicio a otro según la necesidad.

El sistema de listas de contratación, los puntos, los interinos, los puestos fijos o por oposición... y, además, en la privada te pagan menos, pero los contratos suelen ser más estables. Todo este entramado requiere años de experiencia para comprenderlo por completo. Yo, con poco más de cuatro años en la profesión, aún no logro entenderlo del todo, y ni hablar de las diferencias entre comunidades autónomas.

Intento no quejarme demasiado porque, en parte, tienen razón, especialmente en el País Vasco. Viniendo de Madrid, he notado en mi contrato de verano un aumento de sueldo bastante generoso.

Sin embargo, ya llevo tres días "de paro" y los nervios empiezan a apoderarse de mí. ¿Será que ya no me llamarán? ¿Estaré penalizada? ¿Debería apuntarme al paro? Además, siendo alguien naturalmente nerviosa, esto se agrava con un viaje que tengo planeado desde antes del verano para visitar a mi cuñado en Holanda. Me pregunto si podré convencer a la persona encargada de contratación para que me ofrezca contratos por días y así poder hacer el viaje, o si tendré que hacer malabares. Ya veremos. Por ahora, así están las cosas.

Si te interesa, puedes seguirme por ahora en lo que han sido proyectos anteriores de mis tiempos libres de paro:

Firma Laura E.